viernes, 26 de noviembre de 2010

Mercenarios de la educación, 2da parte.



Llegaron los niños, se cobró el dinero, se dio la clase, todo parecía una linda historia; pero muy pronto los dos amiguitos se dieron cuenta de que no era así. A los pocos días descubrieron la avaricia de Don Cangrejo, de cómo explotaba a sus ahora nuevos empleados, de cómo les mentía a los padres de familia y como a nadie le importaban que los niños aprendieran. Y todo se transformó en una historia de terror.

FIN

Los hechos:
A) El grupito al que se refería Don Cangrejo, hubo días que era de ¡70 niños!, porque alguien faltaba, y por qué aceptaba a cuanto niño llegaba solo por cobrar sus 12 pesitos.

B) Había cambios de grupo de manera constante, llegaban y llegaban niños, a pesar de que ya habían pasado meses y debíamos de intentar regularizarlos.

C) El malvado Señor Calamardo (otro de los señores que entró y que se convirtió en la mano derecha de Don Cangrejo, algo que nunca entendimos, ya que le pagaban lo mismo y lo dieron mil responsabilidades más) les vendió un libro a los niños, corrección, les pidió el dinero más nunca les dio el libro, y cuando por la presión de los padres de familia lo entregó, eran algo así como 50 copias, algunas, de un libro de computación.

D) A los alumnos se les prometió material, y ellos todos los días nos decían “maestr@ ¿cuándo nos van a dar las hojas?”, y nosotros solo hacíamos una risita nerviosa.

E) El colmo fue cuando nos dimos cuenta que si un grupo no tenía maestros, la esposa de Don Cangrejo se hacía pasar por tal, pero ella no se hacía cargo del grupo sino que se esperaba solo hasta que los padres de familia se fueran, y entonces si a repartir niños a diestra y siniestra donde hubiera lugar.

F) Después de las primeras clases ya no nos dieron gises, y en realidad tuvimos que empezar a gastar de nuestro dinero para sacar copias del material, para ponerles examen, para comprar gises, etc.

G) Ante tal espectáculo de desfachatez, y también por otros motivos desistimos de seguir trabajando ahí.

Esto pasó hace ya algún tiempo, sin embargo una plática me refrescó los recuerdos:

(Los diálogos que a conitnuación escribo son un resumen de la plática, mi memoria no es grabadora, pero procuro que sean lo más fieles posibles)

- Fueron unos señores a la escuela de mi hijo, que les van a dar clases de inglés, los sábados (…explicación…..explicación) y nos dieron unos volantes.
- ¿Qué cobran 12 pesos?
- No, son 20.
Pensamiento: No mams, ya subieron la cuota
- Yo trabajé ahí
- ¿Ah sí? Y ¿si me recomiendas meter al niño ahí?
- ¡NO! , Aléjate y cuéntaselo a quien más confianza le tengas, Y ¡MUCHO OJO EH!

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