domingo, 3 de abril de 2011

De política, deporte y religión.



Hay temas más polémicos que otros en México, y creo que en la mayoría de los países, hablar de política, religión y en nuestro caso el futbol, siempre podrá llevarnos hacía acaloradas discusiones incluso con nuestros mejores amigos.
Dejando de lado la política y los deportes, el tema que hoy me ocupa es el de la religión.
Ya era la hora de la salida, las mamás llegaron por sus hijos hasta la escuela, algunos otros se fueron con sus hermanos mayores. Solo me quedaban dos, Giovanni y Alan.
Me dijeron que ellos se iban solos caminando, después de una larga discusión entendí que nadie iba a venir por ellos, así que solo tenía de dos sopas, o los dejaba ir o los llevaba yo.
No podía quedarme en paz con la idea de que dos niños de 7 y 8 años se fueran caminando solos a su casa, en semejante barrio y sin que los acompañara alguien más grande. Sobre todo porque si algo llegaba a pasar sería en parte mi responsabilidad. Bueno en realidad no, esa ya era responsabilidad de sus familias, pero es bien sabido por los maestros que si algo llega a ocurrirle a un estudiante, así tenga ya 17 años, la familia ataca a la escuela, al maestro y al señor del carrito de las nieves, con tal de encontrar un responsable.
Salimos de la escuela los tres, con un asqueroso sol de un intenso día de verano, y las calles sin pavimentar, con tanta arena que parecían playa de Acapulco.
Mientras iba caminando con un niño en cada mano, Giovanni me dijo:
- Maestra usted ¿de qué religión es?
Seguí caminando pero en mi mente pensaba “ashhh ashhh nooo!! Esos temas nooo!!”
Yo - ¿Por qué me preguntas eso?
Giovanni – Es que yo soy mormón.
Yo – Ah… no sabía.
G – Pero no me gusta ser mormón.
Yo - ¿Por qué?
Giovanní – Es que siempre piden dinero a las personas, y si no das dinero se enojan, eso está mal, yo no quiero ser mormón.
La verdad es que después de “piden dinero” lo único que se me vino a la mente fue “¿y que religión no lo hace?”
Seguimos caminando, pensé que ya me había librado del interrogatorio pero no. Giovanni seguía preguntándome sobre que religión profesaba yo. Yo solo seguía desviándolo del tema.
No sé si a todos los profesores les es tan incomodo tratar un tema como este con los niños. No que sea algo malo, sin embargo es un tema que toca las fibras más sensibles de las familia, y donde es mejor no meter las narices porque un paso en falso y te puedes ver cacheteado e insultado por algún miembro de la familia del niño.
Cuando me estaba acordando sobre ese día, también recordé algo que ocurrió cuando yo estaba en segundo de primaria. Teníamos que ir al saludo a la bandera, la maestra nos pidió que nos pudiéramos de pie, todos se levantaron menos una niña, Zuley.
Todos formábamos una fila dentro del salón, la maestra le pidió de nuevo a Zuley que se levantara. Ella se negó, le dijo que no quería ir al saludo a la bandera, la maestra se molestó y le preguntó si se sentía enferma. Zuley negó con la cabeza y dijo “Es que yo no soy católica, en mi religión está prohibido saludar a la bandera”.
En ese momento fue como si hubiera dicho “chinguen a su madre”, porque la maestra puso cara de…algo así como entre sorpresa, enojo y espanto. Lo mismo ocurrió con los otros niños, ¿Cómo que ella no era católica?
Durante todo el tiempo que Zuley estuvo en la escuela no participó en los honores a la bandera, bailables o desfiles. Y a partir de ese día los niños dejaron de hablarle, y ella también comenzó a volverse más introvertida.
Esto no era culpa de los niños, sino de los adultos que les hacían percibir que ser de otra religión “es malo”, “están equivocados” “nosotros tenemos la verdad”, y demás ideas tan estúpidas.
Creo que con los años esta situación ha disminuido, o por lo menos es lo que alcanzo a percibir. Cuando estaba en la preparatoria me juntaba con dos muchachas que eran cristianas, una muy muy muy practicante, y una que decía que era pero nada más ella sabía. Otra chica que no tenía religión, pues sus padres eran de distintas creencias y decidieron no criar a sus hijos en ninguna de las dos. Otra que era católica, así como la mayoría de los mexicanos que van a misa pero se pasan los preceptos y mandamientos por el arco del triunfo, y por último un chico que era mormón.
Y durante todo ese tiempo nunca tuvimos una diferencia o discusión debido a esto, nos daba tanta curiosidad saber cómo eran las religiones o creencias del otro que muy a menudo nos encontrábamos en largas charlas platicando sobre las diferencias de una religión u otra.
En lo personal me molesta mucho que me hagan preguntas sobre mis creencias, no porque no quiera hablar de ellas, sino porque me fastidia mucho que me pregunten, contesto, y no les gusta lo que oyen.
La otra vez me preguntaron si creía en la confesión, respondí que no, y me acorde de Zuley… a mí también me pusieron una cara como si les hubiera rayado la madre. Y entonces me vi de nuevo ahí, con las personas tratando de evangelizarme.
Bueno, regresando con Giovanni y Alan, después de caminar unas 8 cuadras llegamos a casa de este último, se despidió y abrió la reja de su casa. Giovanni y yo seguimos caminando, pero no había pasado ni un minuto cuando se escuchó “!Maestra! ¡maestra!” Era Alan, que venía corriendo atrás de nosotros, no había nadie en su casa y dejaron cerrada la puerta. Seguimos hacía casa de Giovanni, ahí si había gente, su abuelita, su mamá y su tía (cuestión que me dio mucho coraje, ¡trío de viejas huevonas!, ¿Qué nadie podía ir por el niño?, ¿Creen que viven en un lugar muy seguro?). Ahí se quedaron los dos chavitos y yo me regrese a la escuela, pensando sobre lo que me había dicho Giovanni.
Creo en dios pero a mi manera, no creo en las religiones, y me molesta mucho que la mayoría de la gente no pueda aceptar eso. Cuando ellos me hablan del bautizo, de la eucaristía, etc.… yo nunca me pongo a alegarles, si a ellos los hace sentir bien creo que es correcto.
Pero al parecer aún no es tiempo de poder decir lo que pensamos sin ser juzgados, por eso ya entendí que si quiero llevar la fiesta en paz cuando me pregunten ¿Y tú de qué religión eres? , tendré que decir “católica”, para que la conversación termine ahí.
 

Copyright © 2008 Designed by SimplyWP | Made free by Scrapbooking Software | Bloggerized by Ipiet Notez | Distributed by Deluxe Templates